Obispo Diocesano
Mons. Arturo E. Fajardo


Mons. Arturo Fajardo
- 17 de julio de 1961. Nació en Aiguá, Departamento de Maldonado.
- 8 de mayo de 1988. Ordenado sacerdote en Florida, durante la visita de S.S. Juan Pablo II, para la Diócesis de Minas.
- 27 de junio de 2007. Nombrado Obispo de San José de Mayo.
- 8 de setiembre de 2007. Ordenado Obispo.
- Ordenante principal: Mons. Janusz Bolonek, entonces Nuncio Apostólico en Uruguay
- Coordenantes: Mons. Pablo Galimberti, Obispo de Salto; Mons. Francisco Barbosa, Obispo Emérito de Minas.
- Obispo de la Diócesis de San José de Mayo 2007-2020.
- El 15 de junio de 2020, el Papa Francisco lo nombró Obispo de Salto. Tomó posesión de la Diócesis el 15 de agosto de 2020.
Curia Diocesana: 25 de Agosto 71, CP 50000, Salto
Tels.: 4733 2574/ 4733 3557/ 4733 2989

Escudo Episcopal
En el cuartel superior derecho, sobre campo de gules, una "vara de San José" y una garlopa de carpintero; signos de San José, esposo de María y obrero, aluden a la Diócesis en la que el obispo fue ordenado y sirvió por 13 años, expresando así su procedencia. Coronando los signos antedichos hay una banderola con la frase "ITE AD IOSEPH" ("Id a José"), invitación a acercarse al padre adoptivo de Jesús, patrono de la Iglesia universal. Al tiempo de ser una expresión de su confiada devoción, el obispo encomienda a la diócesis de Salto al cuidado del Santo Patriarca.
El gules, color rojo, es signo del amor y el cuidado de San José por Jesús, el mismo con el que Mons. Fajardo desea ser su custodio y servidor presente en los hermanos y hermanas de la Iglesia diocesana a lo largo de los departamentos de Artigas, Salto, Paysandú y Río Negro.
En la partición izquierda, se encuentra representado el manto de Nuestra Señora de Guadalupe, Madre y protectora de todos los pueblos de América Latina. A su cuidado y amor confía Mons. Fajardo, su diócesis y su ministerio episcopal.
En la punta, sobre campo de plata emergen un cáliz con vino y un pan, ambos al natural. Se trata de la Eucaristía, fuente (la punta del campo en que se encuentra) y culmen (el borde cóncavo del escudo) de la vida de la Iglesia. Es en el encuentro con Jesús Eucaristía donde el obispo halló siempre la fuerza, la gracia y la alegría. En ella ha aprendido las dimensiones de la caridad concreta, la entrega y el servicio, así como la fraternidad y la cercanía con los hermanos. Está presente en su escudo porque espera que así siga siendo para él y para toda su Iglesia diocesana.
Corona el escudo el cayado del "Buen Pastor", que en la cruz da la vida por las ovejas; modelo de todo pastor y del amor semejante al suyo con que Jesús les pide a los obispos que le amen y apacienten a sus hermanos.
El escudo está timbrado por el capelo, sombrero de ala ancha usado antiguamente por el clero. Llevaba cordones terminados en borlas que quedaban sobre el pecho. El color verde y sus doce borlas indican que este escudo pertenece a un obispo.